domingo, 9 de enero de 2022

Manzanas al final del túnel.

Sonjo Sua: El Tunel

No era un túnel propiamente dicho, pero en mi memoria emotiva las sensaciones visuales y corporales lo sentían de esa manera. Era un pasillo largo, muy largo, que tenía a la izquierda (cuando se entraba) el largo comedor comunitario. Y a la derecha un patio, no el más grande y por lo mismo, el menos usado.

Luego de atravesar la puerta desde el hall de entrada, empezaba ese largo pasillo. Entrar en él era sumergirse en la sensación de encierro, opresión, días eternos de amargura o sufrimiento. Pero sobre todo, era dejar atrás los momentos felices vividos "afuera". Abandonar el calor de la familia más cercana: mamá, los abuelos, el tío.. La libertad de disfrutar del sol, del aire libre. En esos momentos era el túnel hacia el abismo, el abandono, los malos recuerdos. Recordarlo es volver a repetir la misma sensación oscura, opresiva. Era un horrible túnel que una niña jamás debería haber transitado. O mejor, que jamás debería haber sido recordado con dolor si no significara dolor.

Pero el mismo túnel se transformaba en un espacio luminoso si se recorría en sentido inverso. 

Terminaba en un pequeño espacio que, a su vez, estaba flanqueado a la derecha por las escaleras que llevaban a los dormitorios. Y a la izquierda, otro espacio que desembocaba en diferentes aulas, una hilera donde había varias de ellas, y frente a ellas, el "patio grande". Uno de los pocos espacios donde un grupo de niñas podían olvidarse por un rato de todo y hacer lo propio de su edad: jugar.

Donde el largo pasillo terminaba, sobre la pared, estaba adosada la campana de un timbre. Si algo sonaba a gloria y esperanza, era ese timbre. Quien lo hacía sonar, traía noticias de quienes llegaban  y venían a buscar a alguna de nosotras. Sonaba el timbre, corríamos a ver quién era la afortunada y desde la entrada, la portadora de la buena noticia gritaba el nombre. Y empezaba el camino hacia la luz.

Si al entrar en él lo hacíamos lentamente y con la cabeza gacha, al salir por él corríamos con la ilusión de dejar atrás la tristeza, marchando hacia la alegría y los encuentros.

Ese pasillo también me llevaba al encuentro con mi mamá, que me visitaba semanalmente trayéndome una bolsa que era su presencia para toda mi semana: el guardapolvo blanco, almidonado, doblado de manera que no perdiera su prestancia, envolviendo el resto de las cosas para que ninguna arruga se marcara. Y las enaguas de algodón, hechas por ella, también blancas y almidonadas. Pero había algo más: el olor de las manzanas impregnando todo. Estaban con todo lo demás, pero ese olor de las manzanas que duraría varios días eran la presencia de mi mamá ausente-presente que me acompañaría cada día porque se quedaba en mi ropa. Si los olores son lo que más nos acerca de manera emotiva, para bien o para mal, a nuestra infancia, el olor de esas manzanas estarán para siempre conmigo.

Recorrer el pasillo-túnel con la bolsa que mi mamá me había traído, aun cuando la visita se hubiera terminado, era llevarla aun conmigo, porque su presencia estaba muy próxima y porque el olor de las manzanas aun flotaba en el aire.

                                        pomada de manzana

Pero también era saber que el momento feliz había terminado, que el túnel-pasillo ya no era el espacio luminoso de la esperanza y que debería esperar otros 7 días para repetir el momento de la felicidad.

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martes, 31 de agosto de 2021

Gertrudis, la santa de los gatos.

"Santa Gertrudis de Nivelles, belga ( nacida en Brabante), muerta en el siglo VII a los 33 años. Se la conoce como una monja y abadesa anti _topos y ratas . En el siglo XV es invocada contra las invasiones de ratones en los Países Bajos, Alsacia y Catalunya, tal vez de allí que se le atribuya un poder protector sobre los felinos domésticos. Parece que se la venera sobretodo en los Países Bajos y en Inglaterra. Su fiesta es los 17 de marzo. La iglesia colegiata de Santa Gertrudis de Nivelles fue construida entre los siglos XI y XIII y es uno de los mejores ejemplos del estilo románico de Bélgica. Ha sido clasificada como uno de los mayores patrimonios de Europa. 
 

Nivelles y la Colegiata de Santa Gertrudis

Santa Gertrudis de Nivelles no es una leyenda. Fue una figura histórica y su conmemoración se celebra el 17 de marzo.

Gertrude nació el 17 de marzo, c. 626 en Landen, Reino de Austrasia, que ahora se encuentra en Bélgica. A diferencia de muchas otras mujeres del siglo VII, ella se negó a casarse en un matrimonio preacordado. En lugar de aceptar seguir el plan de su padre de casarse con el entonces rey de Austrasia, Gertrude se dedicó a Dios.

Junto con su madre, Itta de Merz, Gertrude fundó la Abadía de Nivelles, ahora situada en la región valona de Bélgica. Allí sirvió como abadesa hasta los 30 años.

A los 30 años, tomó la decisión de dedicar el resto de su vida al estudio de las Escrituras. Desafortunadamente, para entonces las austeras condiciones de vida habían debilitado gravemente su salud. Mucho después de morir prematuramente a la edad de 33 años, fue pronunciada como la patrona oficial de Nivelles. Iglesia Colegial En Mons, Bélgica Foto editorial - Imagen ...

Gertrude nunca fue oficialmente canonizada. Sin embargo, en 1677 el Papa Clemente XII declaró formalmente que su fiesta universal se celebraría el 17 de marzo.

Las ciudades de Geertruidenberg, Breda y Bergen op Zoom (situadas en los Países Bajos) se consideran oficialmente bajo su patrocinio.

La idea de que Santa Gertrudis de Nivelles es la patrona de los gatos se remonta a la década de 1980. El primer documento registrado en el que se define a Gertrudis como patrona de los gatos es un catálogo del Museo Metropolitano de Arte de 1981.

Sin embargo, su veneración como protector sagrado contra los roedores se remonta al siglo XV.

Una de las razones por las que se la considera una patrona de los gatos es el hecho de que siempre fue amable y acogedora con todas las criaturas felinas que residían alrededor de la Abadía de Nivelles. Les ofrecía comida y amor. Además, también mostraba una gran devoción a las almas santas y en ese momento la gente representaba a las almas santas en sus pinturas como ratones. Como todo el mundo conoce la afinidad de los felinos con la persecución de ratones, la gente finalmente relacionó a Gertrude con ambas especies.

Otra teoría es que ella estaba de alguna manera asociada con la diosa germánica Frigg, que también estaba vinculada a los felinos." (1)

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(1) Santa Gertrudis: patrona protectora de los gatos.

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